sábado, 5 de noviembre de 2011

Capítulo 2



Capítulo 2  - El universo de Vana'Diel -



- ¡Debemos tomar medidas claras, señor! -

El patriarca del Templo agito la cabeza como indignación. Sus arrugas mostraban la gran edad que tenía, y sus hábitos dejaban claro su cargo como Patriarca y Gran Invocador del lugar. El joven invocador al que exclamaba escandalosamente estaba indignado. Hacía como unos minutos, un joven muchacho despertó en la cámara secreta del templo por arte de magia, atraído por una extraña luz celeste.

- ¡Apareció en medio de la cámara ante mi Oración! - siguió gritando el chaval - ¿Piensas dejarle allá, en la cámara? -

- No joven invocador... - le dijo seriamente - 

- ¿Entonces?... sabe usted como los demás que sin ser cargo de Invocador y acceder a la cámara está prohibido ¡trae mal augurio a nuestro pueblo! -

- ¡Silencio ya! - grito el Patriarca -

En cierta manera las leyes de los Invocadores prohibían a cualquier habitante de Vana'Diel introducirse en la cámara secreta del templo, por el mero respeto a los dioses que crearon y reconstruyeron la tierra millones de años atrás. El Patriarca, frente aquel muchacho que guardo silencio de inmediato, esperó a que otra joven invocadora llegase; quizás la más cualificada para tomar riendas en este asunto. De la gran puerta del templo, y escoltada por dos infantes, una joven muchacha de posesión de un cetro parecido al del Patriarca entró. Su rostro estaba oculto bajo una gran túnica blanca, y únicamente sus cabellos caían en cascada sobre sus hombros de un tono rosado claro.

- ¡Elle! - exclamo el joven invocador en reverencia ante ella - ¡Al fin ha venido! -

- Que remedio... vuestros gritos se escuchaban por todo el pueblo; Meller

- Lo-lo...siento Elle... - se disculpo haciendo otra reverencia - Pero el problema es... -

- Ha llegado el chico - sentenció el Patriarca -

- Imposible... - 

Elle se retiro la túnica de inmediato y camino directa hacia el complejo del Vana'Diel. Una amplia sala con grandes pasillos que en cada templo hay en su interior. Este complejo está conectado con la entrada del templo y la cámara secreta en donde los invocadores van a Orar con los dioses. Elle conocía el complejo como la palma de su mano, y en cuestión de segundos llego a la circular puerta de la cámara. Estaba entreabierta, y Elle se echo hacia atrás. Tenía un mal presentimiento. Desde hace unos años había escuchado en las tierras remotas la llegada de un «chico» que revolucionaria Vana'Diel para bien, o para mal. El Patriarca siempre la había preparado a ella para este momento, y dicho momento había llegado a su fin. Elle tomo aire y entro lentamente a la cámara, en donde aún se podía apreciar varios segmentos de la espiral que le trajo. En el suelo, sobre el gran pedestal de Ifrit yacía Garet; aun inconsciente por su llegada.

- ¿Está vivo? - irrumpió la voz de El Patriarca -

- Si... aún respira... pero - Elle miro a los fragmentos de la espiral - 

- Es obra de una Quizal... - predijo El Patriarca - Elle, es mejor que lleves al chico a tu casa hasta que despierte... sera lo mejor -

Elle cedió.


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Se giraba una y otra vez en la cama. Su cuerpo estaba destrozado, como si sus músculos se hubieran contraído y aplastado todos sus huesos. A Garet no se le borraba la imagen de su tío apunto de pegarle, y más la destrucción de El Capitolio. Aparte de la extraña aparición de esa mujer que se acerco velozmente hacia él; «A Vana'Diel Garet...a Vana'Diel...». La voz de la mujer lo podía escuchar en su cabeza, y poco a poco comenzó a abrir sus pesados ojos para despertar. Lo primero que vio fue una pequeña jaula sostenida en el techo de madera. Había un extraño pájaro morado en su interior que tatareaba sin cesar. 

- Al fin despiertas... - 

Garet torno la vista hacia la dirección de la voz. Había una chica observándole desde el otro extremo de la casa. Vestía con unos ropajes diferentes al suyo, y sostenía en sus manos el cetro que la marcaba como invocadora de Vana'Diel.

- ¿Estás bien...? -

- Sigo vivo - le contesto - ¿Donde...estoy? -

- En Cornelia - le dijo Elle con una sonrisa - Poblado de invocadores - 

- ¿Cornelia? - Garet se arrasco la nuca - ¿Y donde está eso? - vacilo -

- En el Sur de Vana'Diel - le contesto algo sorprendida -

- ¡Vana'Diel! - exclamo Garet al escucharlo - Eso es... ¿imposible? -

Garet rebusco en el interior de su chaqueta y obtuvo el diario de sus padres. Lo abrió por la primera hoja y le enseño a Elle.

- ¿Este Vana'Diel? -

- Claro... - rió Elle - ¿De donde vienes tú, para no saber que Cornelia está al sur? -

- El Capitolio... - contesto - En Itrea... -

Elle guardo silencio. No le tomo por sorpresa.

- Estás en Itrea; más o menos - dijo Elle - Hace millones de años... Itrea se paso a llamar Vana'Diel tras el desastrosa destrucción de Itrea por manos de las máquinas... y El Capitolio fue el origen de todo, chico... -

- ¿Cómo?...¿Millones...Itrea...? - 

Garet se llevo las manos hacia la cabeza y se tendió en la cama. Las palabras de Elle podían ser ciertas, más bien ciertas no, era la pura verdad; la historia de Vana'Diel. Era imposible que Garet hubiera viajado aun futuro muy lejano al suyo, un futuro en donde el mundo que conoció halla desaparecido, un mundo en donde él no encajaría tan fácilmente.

- ¿Y ese diario? - pregunto Elle con curiosidad - 

- De mis padres... lo encontré antes de .... llegar aquí - le explico -

- ¿Me lo dejas ver? -

Garet le lanzo el diario a Elle y comenzó a rebuscar entre las páginas.

- Es una enciclopedia ¿o algo? -

- No lo se... solo hay bocetos y muchas palabras... no me moleste en leerlo todo -

- Pues deberías... - le comento - Cuenta y describe cada rincón de Vana'Diel... es como una enciclopedia para... andar por Vana'Diel -

- Imposible... - sonrió sarcásticamente - Lo escribieron mis padres, y ten por segura que mis padres eran de Itrea... -

- Imposible o no... estos son datos de Vana'Diel que puedes hallar en cualquier biblioteca -

- Podría ser que tus padres conozcan Vana'Diel, joven muchacho -

Una tercera voz se manifestó en la cabaña de Elle. Era el Patriarca que iba acompañado del joven Meller.

- Entrégame ese diario por favor -

Elle se lo entrego y El Patriarca echo un vistazo al diario. Esbozo una sonrisa como si conociese la escritura, pero más al ver una antigua foto en donde aparecía los padres de Garet junto a otro grupo de personas.

- Ten cuidado con esa foto... - salto Garet - Es la única imagen de mis padres... -

- No pasa nada chico... - El Patriarca se acercó a él y se sentó junto a Garet - Sara y Marked  - señalo El Patriarca en la foto - Esta chica de aquí es una Quizal, y... -

- ¡Espera!... ¿cómo sabes...el nombre de mis padres? -

El Patriarca sonrió nuevamente.

- Hace cinco años que se hizo esta foto... - le confeso - Y Sara y Marked fueron grandes promesas en Vana'Diel -

- Hace cinco años... mis padres desaparecieron... ¿así que no desaparecieron, vinieron a Vana'Diel? -

- No lo se, pero hace cinco años tome yo mismo esta foto... y me advirtieron de la llegada de su progenitor... -

- Él - señalo Elle a Garet - 

- Entonces mis padres sabían que yo vendría a Vana'Diel... ¿entonces es posible que sepas donde están ahora? -

- Me temo que no... - El Patriarca le entrego sus cosas - Tus padres se fueron con ese grupo de guerreros, entre ellos había una Quizal que conozco bastante bien... y otros guerreros que también - le explico -

- Si encuentro a estos guerreros.... - mascullo Garet - Podré obtener respuestas sobre mis padres ¿no? - El Patriarca asintió - ¡Entonces dime donde puedo encontrar a esta gente! -

El Patriarca se echo a reír.

- ¿Señor? - irrumpió Elle - Deberías ayudarle... las palabras de esos guerreros... -

- Ya basta Elle - sentenció El Patriarca su silencio - «Chico»... -

- Llámame Garet - dijo éste refunfuñando -

- Toma tus cosas... descansaras en la posada de Cornelia... -

- Pero no me molesta tenerlo aquí... - salto Elle -

- He dicho que irá a la posada. Meller llévalo por favor... -

Tanto Garet como Elle no comprendía nada. Meller tomo del brazo al muchacho y se lo llevo hacia la única posada de Cornelia, muy cerca del puerto. El Patriarca cerró la puerta tras que se fuesen, y su mirada se clavo en la de Elle.

- ¡Creo que debería saber que su padre quería que le ayudásemos a encontrar su destino! -

- ¡Las cosas han cambiado Elle, todo ha cambiado desde ese día! - grito El Patriarca - ¡Este chico jamás debe conocer su destino, sino sería el fin de todo lo que conocemos! -

- ¡Claro que será el fin sino es llevado por buen camino! ¿no has notado el poder que emana su espíritu?.... -

- Lo he notado; la misma que la de su madre.... - suspiro El Patriarca - Por ese motivo no debe conocer su destino Elle... -



Actualizado Mundo de Vana'Diel & secundarios*









miércoles, 2 de noviembre de 2011

Capítulo 1




Capítulo 1 - El diario -


El mundo de Itrea es la época del futuro, de la esperanza y del desarrollo tecnológico. Casi todas las ciudades tenían dicha fuente de energía. Las máquinas. Gracias a esta energía, Itrea iba mejorando poco a poco. y la esperanza de vida aumentaba por momentos. La gran capital y única en el mundo, se llamaba El Capitoleo; en donde la mayor parte de los habitantes vivían en buenas y malas condiciones, igual que un joven muchacho que vive en los suburbios del Capitoleo. Garet. Este muchacho había perdido todo hace cinco años. Sus padres, una vivienda, alimento... pero su tío decidió, o más bien le obligaron a cuidar a Garet hasta que cumpliese los dieciocho años. Éste mantenía a Garet encantado, pero a cambio debía de realizar las tareas mientras que él se marchaba de fiesta en fiesta o viajando.

- ¡Oye Garet! ¡Garet! - grito su tío desde el recibidor - 

El muchacho que estaba en el trastero de la pequeña casa limpiando, escucho los gritos de su tío. Emitió un gemido y se retorció sobre él mismo al escuchar su nombre. Hoy era su cumpleaños, y al parecer su tío le importaba lo mismo que su salud. Garet tiro el trapo empapado de agua al suelo y bajo las escaleras. La casa era modesta. De tres plantas, aunque con dos habitaciones en cada piso. Él, como no, dormía en el almacén, donde se guardaba la comida, y su tío en un amplio dormitorio. La cocina y el recibidor estaban unidas en la planta inferior, y ahí esperaba su tío con una pequeña caja que ponía su nombre en el dorso.

- ¿Eso es para mi? -

- Me lo han traído los agentes. Lo encontraron en tu otra casa. Me lo han traído porque lo derrumbaran dentro de poco -

- ¿Solo queda eso... de mi pasado? - pensó Garet mientras tomaba la caja - Iré fuera, luego continuare limpiando - suspiro -

Soltando la cinta del delantal y tirarlo sobre la encimera, salió a grandes zancadas de la casa y camino calle abajo, en donde había un pequeño embarcadero por donde se podía apreciar las extrañas criaturas del río. Se sentó en la plataforma flotante y abrió la caja con entusiasmo. Aunque no halla recibido ningún regalo por su cumpleaños, aquello era un gran regalo de su pasado.

- Feliz cumpleaños Garet... - murmuro para él mismo -

Abrió la caja de golpe. En su interior contenía un viejo diario cubierto de cuero marrón, y en un rincón de la caja había un dibujo que Garet hizo con doce años, poco antes de que sus padres desapareciesen. Lo primero que tomo fue el diario, algo que le desconcertó por completo porque no lo recordaba de tenerlo en la otra casa. Lo tomo en sus manos y lo abrió.

''La enciclopedia de Vana'Diel''
''Sara y Marked''
''Con cariño, para Garet''

- Para Garet... - releyó una vez más -

El diario pertenecía a sus padres, Sara y Marked, y por una extraña razón hoy le ha llegado a sus manos, el día de su cumpleaños. Garet paso hojas, y vio varios bocetos de un mundo nuevo. Criaturas magníficas jamás vistas en Itrea, y sobre todo una pequeña foto en donde sus padres y un grupo de jóvenes guerreros le rodeaban con una amplia sonrisa; la misma que se le puso a Garet al verlo. Continuo pasando las páginas hasta llegar a la última hoja, en donde había una nota puesta por Sara. Su madre.

''Demian fore turan''
''Sara''
''Todo tiene una respuesta, hijo''

- Demian...fore...turan... -

- ¡Garet! ¡Maldito niño! ¡Garet! -

Garet cerro el diario de golpe y lo introdujo en su bolsillo, que entraba perfectamente. Tomo el dibujo también y tiro la caja al río antes de que su tío llegara.

- ¿Sabes que es la hora de la cena? ¡mi comida! -

- Voy... -

Dio un paso. Otro. Y otro más. De repente, Garet, su tío y casi toda Itrea sintieron un ligero temblor de tierra, que poco a poco la sacudida iba en aumento. Se comenzaba a escuchar gritos desde el centro del Capitolio, y Garet quiso correr sino fuese por la gran estructura metálica que comenzaba a crecer en el centro de la ciudad. Las máquinas se habían enloquecido, y comenzaron a destrozar poco a poco la ciudad; el mundo.

- ¡No será posible...! - su tío atravesó con la mirada a Garet y le tomo de la pechera - ¡Maldito crío, lo has leído! -

- ¿De..que..hablas? ¡Suéltame! -

- ¡Nos has condenado a todos Garet! - gruesas lágrimas caían por su mejilla - ¡Me temía que fuese ese maldito libro de tus padres! -

- ¿Cómo....? -

Su tío alzo a Garet del suelo y lo tiro a la tierra firme, posándose él sobre su sobrino. Aplastando su frágil cuerpo.

- ¡Tu madre estaba en contra de este mundo, y vas y le ayudas en su destrucción! -

- ¡No entiendo nada! ¡aparta tus sucias manos de mi! -

- ¡Aaaaagh! ¡Acabarás en el mismo sitio que tus padres! -

Su tío alzo el puño, y fue directo hacia su rostro. Pero en aquel momento reinó el silencio para los oídos de Garet. Abrió los ojos de golpe a la espera del golpe, pero vio que todo a su alrededor se había quedado detenido. Él se aparto del cuerpo de su tío y tomo el diario en sus manos nuevamente. Fue a la última página, y las anteriores palabras habían desaparecido.

- No tienes mucho tiempo Garet... -

Una mujer apareció en la plataforma flotante del embarcadero. Su cabello de tono rosado era algo desconocido en el Capitolio, y más en el mundo de Itrea.

- ¿Quién eres? -

- Déjate de preguntas. Es hora de que vuelvas... -

- ¿Volver... adonde? -

Y como una veloz ráfaga, la mujer apareció frente a él. Ésta poso su mano en su pecho y sonrió. Después cerró los ojos y Garet sintió una increíble presión en el pecho. Algo le sacudió por dentro, y poco a poco comenzaba a desvanecerse.

- A Vana'Diel Garet... -